Cuentos de Terror!

MUAJAJAJA
Es la hora del miedo queridos locos y locas...
Para inaugurar esta nueva seccion dejo ante ustedes la obra de nuestro amigo Flavio Denerefo, titulada:

El Ente

Una noche de lluvia, yo dormía placenteramente, hasta que los gritos me despertaron, no eran gritos normales, eran desaforados y no parecían de una persona en sus cabales.Me levanté, corrí hacia la ventana, y no pude ver nada, pero si oír un murmullo muy elevado. Me vestí como pude. Hacía frío, y solamente pude agarrar una remera de mangas largas. Salí afuera y no cerré la puerta. Vi a toda la gente en la vereda, yendo hacia el lugar de donde provenían los gritos.En dos minutos estuve donde se habían juntado todos los vecinos. Era una casa en la cual vivía una sola persona: Juanchi. Él nunca había demostrado nada raro, era humilde y callado, solamente tenia un defecto, tomaba demasiado y por consecuencia hacia cosas que cualquiera lamentaría.De todos los presentes, ninguno quería entrar, hasta que llamaron a la policía, llegaron en 10 minutos aproximadamente, entraron y estuvieron 5 minutos adentro, y al salir dijeron- No podemos hacer nada, parece como loco- .Luego alguien dijo- Llamemos a la ambulancia-La ambulancia llego casi al instante, preguntaron como fue todo, y uno de los vecinos se arrimo a uno de los enfermeros a contarle lo que pasaba. Los enfermeros entraron y salieron casi inmediatamente. Se fueron con cara de horrorizados y casi vomitando. No hubo mejor idea que llamar al cura párroco, mientras los gritos seguían cada vez más fuertes. Algunos nos acercamos a la casa, y ahí fue cuando se empezó a oír una voz, muy aguda, casi taladrante para los oídos. Nadie supo descifrar que decía, pero se sabía que no era de Juanchi. Pasaron 2 minutos y la voz empezó de nuevo a decir algo no muy claro, pero repetitivo.Luego llego el cura, y enseguida empezó con algo parecido a un exorcismo,No estuvo mucho tiempo adentro, y cuando salio lo hizo con la cara pálida, los ojos rojos y llorosos y sin respiración. Luego cayó como un tronco al piso y comenzó a respirar y en voz baja dijo- Yo no puedo hacer nada, esto va más allá de mi fe…-Pasaron 20 minutos de gritos desaforados y voces que parecían de algún demonio encerrado en el interior de Juanchi, hasta que alguien dijo: -Llamemos a un buen medico- tomo el celular y empezó a discar. Otra espera más: el médico llegó a los 20 minutos. Entró enseguida después de preguntar de qué se trataba. Transcurrieron algunos momentos de dolor, ansias, nerviosismo e incertidumbre colectiva, hasta que los gritos sobrepasaron los de antes, y esta vez también eran del doctor. Todos horrorizados dijeron al unísono- ¡Oh no! Esto esta afectando a todo el que entre-Lo peor estaba por venir. La voz aguda se intensifico. Sangre roja salía por debajo de la puerta, junto con un líquido marrón y maloliente. El silencio de todos era algo imposible de impedir. Todos miraron la puerta cuando rechinó y Juanchi salio hacia donde estábamos nosotros, algo tambaleante y tomándose del trasero. Todos estábamos anonadados, y fue en ese momento que la voz, ahora mucho mas clara, dijo: -¡Pepe quiere la papa!- y luego el doctor sonriente salio con un frasco de laxante en la mano y diciendo- ¡Ya lo salve!. El joven se había insertado un loro vivo por el ano-.

FIN! MUAJAJAJA!!!

JUANCHI LUEGO DEL INCIDENTE