lunes, diciembre 27, 2010

Enter the Void en el Gaumont - Parte IV

Mi nuevo amigo, el francés...

2 de diciembre del 2010. Ahí estaba yo con Ornella en la cola del Gaumont, y las dos entradas en la mano. Adelante mió había un francés que hablaba en un español bastante entendible. Se preguntarán por qué le dedico todo este apartado a un francés cualquiera, y es simplemente porque este francés no era como los demás franceses: Este francés era copado.
- ¿Viste quien paso recién?… – Me preguntó Ornella. – tu ídolo -. Le asentí y le conté que ya lo había visto adentro del cine. Me quede clavado con la palabra ídolo en la cabeza. No podría considerar a Gaspar Noé mi ídolo… A un ídolo se lo sigue ciegamente y sin importar lo que piense, uno cree que todo lo que hace o dice esta bien… Maradona es por ejemplo un ídolo para mucha gente (quizás ahora no tanto después de su rotundo fracaso en el último mundial)… Jesús es un ídolo para los católicos que protestaban en la plaza de enfrente, por ejemplo… Gaspar Noé, en cambio, es un director al cual admiro, simplemente porque considero que piensa y realiza cosas con una perspectiva similar a la que yo tendría. En definitiva se podría decir que en el fondo, todos somos nuestros propios ídolos, o quizás… nuestros ídolos son quienes hacen que seamos como somos desde chicos. Si es así, probablemente uno de mis grandes ídolos sea mi ya difunto abuelo.
- ¿Esta cola es para ver la película Enter the Void, no? – Interrumpió mi línea de pensamiento, con su español entendible, el francés copado.
– Sí, sí – Le contesto Ornella, y le dijo que si quería sacar la entrada, tenía que ir adentro y después volver a la cola.
Si no mal recuerdo, el francés ya había sacado la entrada y nos la mostró. Si recuerdo mal, fue a sacarla y le guardamos el lugar. La cuestión es que finalmente volvió a su posición en la fila y prosiguió con su charla:
- Me gusto mucho su anterior película, Irreversible… muy fuerte. – Asentí con la cabeza y luego siguió. – Yo conozco al padre de Gaspar, y hoy quería conocerlo a él… ¿Saben si esta por aquí? – Algo así fue lo que dijo. Ornella y yo asentimos. Para ese momento, Noé había entrado y salido del cine como quichicientas veces, y había pasado por al lado del francés esa misma cantidad numérica de ocasiones. Sin embargo, él no lo había reconocido.
- Paso por acá recién – Le dijo Ornella. – Es fácil ubicarlo, es igual al padre, de hecho… allá está. – Ornella señalo a Noé, que salía nuevamente del cine, y este la miro por un instante con algo de asombro. El francés sin embargo no lo vio hasta que pasó de largo, y ni bien lo identifico, comenzó a perseguirlo. Finalmente logro alcanzarlo, a una distancia considerable, sea porque Gaspar caminaba muy rápido o el francés caminaba muy lento. Una vez que lo logro alcanzar, le dio la mano y hablaron unos instantes. Luego el francés volvió a la cola y nos comenzó a contar de como había conocido a Felipe en una exposición en Francia.
- La madre de Gaspar, es una buena señora, trabajaba en esta organización no gubernamental que protege a los niños, ¿como es que se llama? -
- ¿La UNICEF? – Le pregunté yo. El asintió y dijo “Exactamente… es una muy buena mujer”. Luego su atención fue atraída por la vidriera de una panadería. Es sabido que los franceses tienen una debilidad natural por el pan. Por eso no es raro que tengan los mejores panes del mundo: La baguette, el pan flaute, el grissine, etc. Este francés, como todo buen francés, se vio tentando por las medialunas argentinas.
- Voy a comprar algunas cosas – Nos dijo señalando la panadería, y acá es donde el tipo se gano mi mas profundo afecto – ¿Quieren que les compre algo? -.
Le agradecimos y le dijimos que no. En el caso de Ornella por una cuestión de amabilidad, en mi caso porque detesto el pan, al menos en su mayoría de variaciones con azúcar… y no me parecía coherente pedirle al francés que me comprara medio kilo de flautita. Aparte no tenía hambre. Sin embargo lo que me conmovió fue el gesto, y es por eso que desde ese momento consideré a este buen hombre como mi nuevo y efímero amigo.
Luego de eso ocurrió algo que me hizo sentir mas afecto por este desconocido.
La cola ya estaba avanzando, yo había ido hasta un kiosco a comprar una gaseosa y cuando volví le ofrecí un poco. Él la rechazo amablemente. Entonces uno de los flacos que antes estaba enfrente protestando, se acerco a la multitud a pedir monedas para viajar o algo así (creo que literalmente dijo “para viajar… o algo así”). Nadie le daba pelota hasta que llegó a la altura del francés, y este, sin inmutarse, saco de la billetera unos dos mangos y se los dio al pibe. De esta manera no solo benefició al flaco, sino que nos ahorro la excusa pelotuda e incomoda a los que no teníamos ganas de darle un sope. Es ahí cuando mi amigo el francés subió de peldaño a mártir, a ídolo… como Maradona, o el Che Guevara (le faltaba la boina). Al fin de cuentas, para él dos pesos eran como una moneda de cinco centavos que uno se encuentra tirada en la calle, y no la agarra porque le da paja agacharse.
Al fin, ya era hora. La cola avanzo rápidamente y todos fuimos ingresando al cine con las entradas en la mano. No quiero mentir, pero seriamos al menos medio millón de espectadores.
- La sala es grande – Me dijo el francés. Yo no le tenía fe y sin embargo… Sí, la verdad que era muy grande. No quiero mentir, pero probablemente casi tan grande como la cancha de Racing.
De a poco todos fueron tomando su lugar y para cuando me quise dar cuenta, el medio ya estaba ocupado. Quedaban butacas vacías adelante, muy adelante… y alguna que otra en la parte de atrás, muy atrás.
Acá es cuando el francés en un acto suicida (como todo buen mártir), comenzó a caminar decididamente hasta alguna de las tres primeras filas del cine. Ornella y yo nos detuvimos y dejamos de seguirlo. Esa sería la última vez que vería a mi nuevo amigo…
Nada podía salir peor; al fin de cuentas habíamos perdido al francés, estábamos parados en el medio del pasillo y no encontrábamos un buen asiento. Sin embargo, por suerte para nosotros, Quanchi, el chico al que había buscado en la cola, ya estaba ubicado con su hermana en unos lugares bastante estratégicos. Él me chiflo y finalmente cuando lo ubiqué, me dirigí con Ornella de la mano hasta su posición. Nos saludamos y nos presentamos a las dos chicas respectivamente. Se nos notaba a los dos la cara de felicidad por estar presentes en semejante acontecimiento. Finalmente nos sentamos en una fila que estaba algo mas atrás del medio (lo cual fue una buena elección por lo que ya podrá leer más adelante) y comenzamos a charlar de muchas cosas. Ornella aprovechó también para sacar algunas fotos.
Gaspar Noé mientras tanto daba vueltas por el cine… todavía no había salido completamente de su estado frenético… No se contentaba con ser solo el director, guionista y montajista de sus propias películas… también era el acomodador, el proyeccionista y probablemente quizás hasta había fabricado la sala del cine Gaumont con no más que sus propias manos sanguinolentas allá por el 3000 antes de Cristo.
Si eso no es ser un buen cineasta, entonces no se que es.



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jueves, diciembre 23, 2010

Enter the Void en el Gaumont - Parte III

El motivo oculto...


Como bien mencionaba antes, había un motivo oculto que me llevaba a estar esa tarde de diciembre en el Gaumont. Para que lo entiendan debería remontarme quizás un mes atrás de la fecha, cuando todavía era incierto si Gaspar Noé presentaría su película en algún cine de Buenos Aires.
Ornella y algunos alumnos de la Universidad donde curso habían hablado con algunos docentes y finalmente habían logrado llevar a cabo un ciclo de cine con películas de culto, que se considera que todo estudiante de cine debería ver. Ya habían pasado con mucho éxito de asistencia, La Naranja Mecánica de Stanley Kubrick y Apocalypse Now de Francis Ford Coppola. Como apertura para las proyecciones, algún docente o alumno organizador del evento decía algunas palabras sobre la película, intentando explicar su esencia y el porqué de su selección dentro del ciclo.
En un principio yo me presenté un poco dubitativo sobre el éxito del proyecto, pero tras la primera proyección me vi un poco más motivado e implicado en la causa. Creí que si hacíamos un esfuerzo en conjunto, el ciclo podía llegar a un muy buen fin. Como sugerencia para los coordinadores, propuse la idea de intentar contactar con algún director de cine de algunas de las películas que se planeaban proyectar,
y obligarlo e intentar convencerlo para que venga a dar una charla sobre su propia obra. Imaginarán ya ustedes que la primera persona en la que pensé fue en Gaspar.
Sin embargo en ese momento no sabia ni como, ni cuando, ni por donde iba a poder comunicarme con él. Sabía que él vive en Francia, y que tarde o temprano iba a venir a visitar a su padre, pero no tenía idea de si llegaría este año al país y si yo podría verlo siquiera a una distancia considerable como para al menos tirarle una señal de humo. Y es que el tipo parece ser de lo más anti-tecnología: No tiene Facebook, ni Twitter, ni es contactable por otro medio que un flaco cualquiera como yo pueda obtener. Nada que ver con el viejo Larry Clark, director de Kids, que a través del Facebook contacta a jóvenes adolescentes, probablemente para sodomizarlos y luego incluirlos forzadamente (mediante el uso de drogas muy pesadas) en sus películas, consideradas por algunos críticos del conservadurismo yankilandes como “kiddie porn”. Por tanto mi idea fue solo una idea y quedo flotando en el aire como el humo de la última bocanada de cigarrillo, que se extingue lentamente hasta desaparecer por completo.
No fue hasta el uno de diciembre que la suerte me jugo una buena pasada y me trajo a la mañana un mensaje por correo de un compañero, avisándome sobre la proyección en el Gaumont. Si no fuera por él, quizás ni me hubiera enterado de tal cosa y hoy estaría lamentándome; seguramente no hubiera escrito esta nota y probablemente me dedicaría a la docencia. Pero por esas causalidades favorosas que se dan cada tanto en la puta existencia de un mortal, tuve la idea de hojear ese mismo día a la tarde la tapa de la sección de espectáculos del diario Clarín y para mi sorpresa ahí estaba: el pelado Noé en primera plana con una camisa de leñador rojinegra.
Bastante sorprendido y entusiasmado leí la entrevista, y debo admitir que dentro de toda la sarta de pedorrerías que he leído en Clarín espectáculos, esta fue seguramente algo de lo mejor. Sin perder todavía de la cabeza mi antigua idea sobre contactar a este director, noté que figuraba la dirección de mail del joven periodista que lo había entrevistado. La anote en una hoja y cuando volví a casa le mande este mail:

Que tal Pablo, soy LeN!N Trotsky, estudiante de Licenciatura en Audiovisión de una importante Universidad de Lanús.
Me gustaría saber si habría alguna forma de contactarse con el director Gaspar Noé, ya que con un grupo de alumnos y apoyo desde la dirección de la Universidad, hemos organizando una proyección de distintas películas claves para la cinematografía actual. Hemos realizado dos proyecciones durante el año 2010 y la idea es continuar con el ciclo el año que sigue. Las películas son proyectadas en el micro-cine de la Universidad, en formato DVD (por carecer todavía de un proyector de film) y hasta ahora han sido comentadas por algún docente o alumno que se ha informado al respecto.
Nuestra idea para las proyecciones que vienen es contar con la presencia de alguno de los realizadores, que por motivos mas que obvios en muchos de los casos son difíciles de ubicar. Sería por tanto una buena oportunidad y un gran honor para nosotros, que un director nacido en Argentina y reconocido mundialmente, pudiera venir a proyectar y comentar alguna de sus obras, mas que nada para dar a los chicos que comienzan sus estudios un panorama personal sobre el proceso de creación de una obra audiovisual: un panorama que seguramente va a ser muy distinto y mas, si se quiere, "real" y pedagógico, que el que se puede obtener de cualquier critica de cine o comentario dado por un tercero.
Agradecería entonces, si es de ser posible, el obtener alguna dirección de correo para comunicarme con Gaspar. He hablado en otra ocasión con su padre personalmente; pero con él, por motivos de no residir en el país, es bastante más complicado.
En todo caso, si simplemente podes enviarle esta información y mi dirección de correo para que se comunique conmigo si esta interesado, sería más que suficiente.

Muchas gracias desde ya.

Para mi sorpresa, el joven Pablo estaba conectado (o trabajando) justamente en ese momento, por lo que respondió a mi mensaje casi instantáneamente:

Hola LeN!N. Hablé telefónicamente con Gaspar a París, él ya está en Buenos Aires. Si no lo contactás a través de su padre, te paso el mail de la gente que hace la prensa a la Semana de Cine Europeo:

info@furgangcomunicaciones***

Suerte!

Pablo

Sin tiempo que perder reenvié ansioso el mensaje que le mande a Pablo (con algunos retoques para hacerlo mas formal) a la dirección que él me paso.
Esta vez se imaginarán que no tuve tanta suerte. Seguramente el encargado de leer los mails vio muchos renglones y lo leyó con el mismo entusiasmo con el que usted lector estará a esta altura leyendo esta nota eterna… ¡Y pensar que usted tan solo quería saber de que se trataba la película! Bueno, una sensación similar ha de haber tenido el tipo que leyó mi mail, así que cuando vio que no era nada importante, nada porno, ni un powerpoint gracioso, le hizo click derecho y lo envió directo a la papelera de reciclaje. ¿Y la respuesta?... La respuesta todavía la estoy esperando.

Visto y considerando que la cosa no caminaba por medios electrónicos, decidí que lo mejor sería ponerle el pecho a la bala, ir directo al asunto, es decir… Presentarme a la primera proyección de Enter the Void, con la seguridad de que Gaspar Noé estuviera sentado en la misma sala, por el tiempo suficiente necesario como para caer a su lado, cargado en todo el cuerpo con explosivos y pidiéndole por Alá que se copara y nos diera una charla en la Universidad.



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lunes, diciembre 20, 2010

Enter the Void en el Gaumont - Parte II

Como gato enjaulado…


Cuando finalmente llegué a la fila del cine la cola de gente era considerable, pero no tan considerablemente larga como sería unos minutos después. Yo esperaba mucha gente, pero nunca tanta gente como la que vi esa tarde. Al menos no para un evento tan poco promocionado y proclamado “con todos los bombos” por el mainstream como ese. El ver tanta cola de gente con ganas de ver una película de un tipo que relativiza la moral, trata al hombre como si fuera a un animal y que es famoso por mostrar como le revientan la cabeza a un flaco con un matafuegos y una escena de violación en tiempo real me hizo sentir un poco mas de fe en el ser humano. Es que seguramente no me entiendan pero yo soy un fiel creyente de la terapia de choque y el teatro de atracciones del viejo cadáver comunista de Eisenstein.
Ornella y yo nos pusimos a hacer la cola. Yo estaba inquieto, quizás nervioso o ansioso. Buscaba con la mirada a Quanchi, un conocido que me había dicho que iba a ir, otro estudiante de cine enfermo como yo con una obsesión por Noé. Delante nuestro en la cola había una señora pacata y un hombre canoso al que después no vi más. “¿Esto es para sacar la entrada?”, le pregunté. El hombre me miró y me dijo: “Si esta fuera la cola para sacar la entrada, ya no estaría acá…” sonrió y luego siguió: “No, esto es para entrar. Anda para adentro del cine a sacar la entrada y después vení para acá a hacer la cola.”. Miré hacia atrás y la cantidad de gente ya era bastante considerable. Ornella muy amable me dijo que ella se quedaba en la fila para que no nos saquen el lugar, que yo vaya a sacar las entradas. Asentí con la cabeza y me dirigí entonces hasta adentro del Gaumont.
Ahí es entonces cuando lo vi por primera vez al tipo que me voló la cabeza con las luces estroboscópicas y las cámaras voladoras y omnipresentes en Irreversible, y con los diálogos interiores y los carteles en pantalla (advirtiéndonos de que lo que íbamos a ver nos iba a quedar marcado en la cabeza para siempre) en Solo contra todos: A este pelado bigotudo, de estatura mediana y con cara de loco (y bastante flaco para ser cineasta a decir por cierto) que es Gaspar Noé.
Vestía ropa verde como de militar y caminaba frenéticamente de un lado al otro, como gato enjaulado, miraba para todos lados, mientras que hablaba con uno y con otro. Un par de jóvenes hipsters lo acosaban a la distancia con la mirada, como con ganas de clavarle un tenedor en el cráneo y luego lentamente abrírselo con una sierra para devorarse su cerebro. Se le notaba en la cara que a pesar de su aspecto de guerrillero demencial estaba asustado, o quizás preocupado. No era por los hipsters su expresión; era porque su padre, Felipe, estaba por llegar de Río de Janeiro y se iba a reencontrar con él. Además de que iba a ver por primera vez en cine su última obra.
Me pregunté que le dirá su padre a Gaspar Noé cada vez que termina de ver una de sus películas, donde violan salvajemente a mujeres, golpean o asesinan a embarazadas y el incesto es habitual. Debe ser bastante incomodo ser pariente directo de este tipo. En ese sentido entendí quizás su cara de nerviosismo… recordemos como Irreversible fue defenestrada en el Cannes para luego convertirse en obra de culto, o como el mismo cuñado de la actriz, al ver la infame escena de violación y dejándose llevar por la emoción le gritó en pleno estreno: “¡Gaspar hijo de puta! ¡Ya te vamos a hacer lo mismo a vos!”.
Por otro lado me pregunté: “¿Acaso estará la presencia de Gaspar Noé en Argentina indirectamente influida por mi pregunta a su padre en la fundación Proa?” e imagine una secuencia en la cual tras mi charla con el viejo Noé, este comienza a extrañar a su hijo y le pega un llamado a Francia, exigiéndole que venga a visitarlo mas seguido. Menos de dos meses después el pelado secuestra a Thierre Fremaux y le obligaba a presentar Enter the Void en Buenos Aires para mostrársela a su padre y de paso, venirse a comer un asadito con él. Seguramente yo no había tenido nada que ver con su llegada, pero creerme esto me daba un poco más de seguridad y confianza como para acercarme a preguntarle al pelado lo que venia realmente a preguntarle, que era el otro motivo (el motivo oculto) que me traía a esta presentación en el Gaumont tan urgentemente.
Me di cuenta que me había colgado por mucho tiempo dudando cuando Gaspar huyo del cine hacia afuera y yo no había siquiera sacado la entrada. Pensé en seguirlo y me lamenté por no haberle pedido la cámara de fotos a Ornella; entonces me di cuenta que ya me estaba volviendo un poco “snob y pelotuda concheta de barrio norte” y entonces me arrepentí. Además, ya se me habían colado en la boletería un par de italianos y algún que otro viejo.
Saque la libreta universitaria y cuando llegue finalmente hasta delante de todo, compré mi entrada y la de Ornella. Me puse a ver a mí alrededor para hacer un análisis de la gente que iba a ver la película. Había de todo un poco: Viejitos aburridos, pibes de gafas, italianos e italianas con facha, franceses, gente de prensa, viejas snob y críticos de cine, gente común y gente colgada. Sea ejemplificado el caso de esta mina que veo de casualidad en la puerta. La tipa en cuestión se cruza con su amigo que viene de algún canal de TV, con una cámara a grabar el evento:
- ¿Laburando? – Le pregunta ella.
- Si, vine a hacer una nota – Le dice él.
- ¿Y que hay acá? Porque yo vine a ver una película re trucha y veo un montón de gente, no entiendo nada. – Dice ella rascándose la cabeza.
Y es que claro, nadie se esperaría que un estreno como este de un cineasta argentino (a pesar de que todas sus películas las haya bancado una productora extranjera) pase desapercibido en la mayoría de los medios nacionales hasta un día antes de la misma fecha del estreno (con una entrevista en la sección Espectáculos del Clarín de la que hablaré después). Menos aun que la entrada estuviera a un costo tan bajo: 8 pesos la general y 6 pesos para los jubilados y estudiantes como yo.
Es probable que esa tarde y la del sábado la productora de la película y el cine se hayan cansado de perder plata… O quizás me equivoco y aun así terminaron ganando… pero no tanto como cuando otras veces se nos roban 20 o 30 pesos en un cine común con un estreno más comercial (y no por eso de mejor calidad).
Volviendo a la mina, espero que para cuando haya salido de la sala al terminar la película, su concepción de la misma haya cambiado. Y es que seguramente cambió. Las películas de Noé son de esas que no te dejan indiferente: O las amas o las odias, pero algo por dentro te tocan. Es casi como si te cojieran, para decirlo con palabras mas concretas. Y una cojida puede ser buena o mala, pero eso ya depende de la persona, porque a algunos les gusta mas fuerte y a otros delicado y bueno… con el cine en sí es igual.


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viernes, diciembre 17, 2010

Enter the Void en el Gaumont - Parte I

Con bombos y platillos…


Dos de diciembre del 2010. Cuando llegue a la plaza con mi acompañante y fotógrafa, Ornella, los manifestantes la habían rodeado completamente. Montones de colectivos estudiantiles cortaban el camino por Jujuy y a medida que avanzábamos las caras de la gente eran mas y mas inquietantes. De todas formas ya se estaban yendo. Sentados en el medio de la plaza algunos disfrutaban de la comida chatarra que vendían en las carpas. Ellas estaban ahí instaladas hace días, vaya a saber uno por qué motivo. “¿De que serán estas carpas?” me pregunto Ornella. No tenia ni idea.
Algunos de los carteles que plagaban la plaza frente al congreso abogaban en favor del aborto, otros en contra. Sin embargo mi misión en el lugar no estaba en indagar sobre el origen de las carpas ni la razón de estar de los manifestantes. Algunos católicos gritaban por los altoparlantes: “Sí a la vida, no al aborto”… Y pensar que una hora y media mas tarde estaría viendo en pantalla grande un aborto cinematográfico. Si los católicos lo hubieran sabido, probablemente estarían destrozando el cine Gaumont a pedazos, comiéndose miembro por miembro al francesito que venia directo del Cannes a presentar a este monstruo pelado, bigotudo y con fama de psicópata que es quizás uno de los directores de cine mas revolucionarios y autor de algunas de las obras mas revulsivas repulsivas de los últimos tiempos. Y es que yacía en él mi verdadera misión esta tarde calurosa de verano en pleno Congreso: El estreno de la nueva película de este director franco-argentino (o argento-francés ¿?), Gaspar Noé, hijo del pintor Felipe Noé: (se pueden poner dos puntos después de otros dos puntos, y si no se puede permítanme tomarme esta licencia) Esa película sobre la que tanto se hablo, al menos en ciertos circuitos que no pertenecen al mainstream, esa película llamada Enter the Void.
Había tenido la suerte de conocer un tiempo atrás a Felipe, o Yuyo para sus mas allegados (y los que desean con ansias serlo), en una exposición de la fundación Proa. Allí el buen hombre había presentado algunas de sus obras de los ‘60 en compañía de una vieja señora que se presumía crítica de arte, una de esas que creen conocer más la obra que el artista mismo. Fue muy gracioso ver las discusiones que se generaron entre los dos, o mas bien, viendo como lo que puede ser explicado, filosofado y analizado hasta puntos insólitos por un erudito de la materia, resulta nomás una anécdota o broma cruel del artista: “En este cuadro, la realidad es que se me prendió fuego… y bueno, me pareció que quedo bueno así y entonces lo presenté tal como está.” (mensaje subliminal: “Ya sabes donde te metes tus años de estudio y tu lindo titulo sobre las bellas artes, vieja snob y presuntuosa.”).
Debo admitir, quizás antes de seguir, que este ente amoral y profano que escribe se considera un seguidor bastante fiel de la obra decadente del pelado Gaspar, así que no esperen de mí una crítica objetiva de la obra… si es que alguna crítica es objetiva. Al menos a diferencia de otros sinvergüenzas del arte, que viven de la critica del trabajo ajeno porque no son lo suficientemente creativos como para hacer algo por si mismos, yo admito ya desde esta primer instancia que esta nota no debe ser tomada como una crítica de arte (de hecho cualquiera que la tome como tal, ha de ser inmediatamente fusilado) y que tampoco gano un peso por ella (aunque acepto con mucho gusto donaciones). También debo admitir, que ingerí una buena cantidad de alcohol antes de escribir este texto, que son algunas horas de la madrugada, y que sinceramente estoy algo cansado y por tanto algunos aspectos de la noticia pueden ser obviados, modificados, violados y psicológicamente alterados.
Pero volviendo con la historia. De la personalidad del padre no tenia duda alguna: Una buena persona a primera vista, entrada en los ochenta, con todo lo que esto implica; un lindo ancianito que podría ser tranquilamente mi abuelo o tu abuelo (o quizás no tu abuelo, pero si tu padre). Candido, humilde y sin vueltas. Recuerdo haberle preguntado por la película de su hijo, varios meses antes de su estreno:
- ¿Los cuadros que se ven en la última película de Gaspar son obra suya? – Unos cuadros súper psicodélicos se podían ver en el trailer que circulaba por la Internet hacia unos meses. El viejito puso cara de sorpresa, seguramente porque me había robado el micrófono para preguntar antes de que me lo arrebatara la empleada de la fundación y después de que una vieja le lamiera el culo descaradamente y sin razón mas que la de ser snob y pelotuda concheta de barrio norte (seguramente hincha de River también; y disculpe si usted es de River y no es “snob y pelotuda concheta de barrio norte” pero es bastante común entre esta gente). Además él no sabía de donde le estaba hablando; no porque ya este choto, sino porque es realmente difícil saberlo en una sala con muchas personas a oscuras. Finalmente cuando me ubicó, su cara cambio de sorpresa a una sonrisa emotiva, seguramente no es muy común que en esta clase de conferencias le pregunten mas sobre su hijo que por él. Debió haberse sentido orgulloso quizás, vaya uno a saberlo, pero esbozando esa misma sonrisa, y asintiendo con la cabeza, me confesó que sí, y después me contó como es que tras varias demandas de Gaspar para la creación de un cuadro psicodélico, él había llegado a esos resultados.
En realidad mi pregunta era encubierta y esa tan solo era una carnada, pues tiene que saber lector, que yo tanto como usted para este momento no tenia ni idea de cual era la relación entre este viejito tan amable y humilde residente en Argentina y su hijo cineasta con residencia en Francia y fama de enfant terrible. Bien podría ser que estuvieran peleados hace años y mi pregunta abriera una herida abierta e incurable. Por suerte para mi, y para todo fiel seguidor del buen Gaspar, esa sonrisa cómplice me demostró que podía pasar finalmente a mi siguiente pregunta, que era la pregunta que todos los jóvenes estudiantes de cine con algo de morbo y algo de espíritu hipster en realidad se preguntaban:
- ¿Sabe si la película de su hijo se va a estrenar en Argentina? –
Y es que Enter the Void, si bien este dos y cuatro de diciembre fue presentada de manera limitada en el cine Gaumont, en un ciclo de cine Europeo presentado por Thierre Fremaux (director general de Cannes), ha sido una película de difícil acceso y estrenada solamente en pocas salas a nivel mundial. Por esto es que para la época en que formulé estas preguntas (allá por el mes de octubre) no había siquiera un halo de esperanza de estreno alguno, limitado o no, del film de dos horas cincuenta de duración en las salas argentinas. Sin embargo yo sabia que algo de amor patrio tendría que haber quedado en el pelado de Noé, y si no era así, de alguna manera su padre tendría que ver la película… y era poco probable que le hiciera viajar hasta Francia.
- Seguramente se estrene… tarde o temprano. – Esa fue la respuesta tan incierta e inquietante del viejo Yuyo, con el quien luego me saque una foto para rememorar el momento. Es que yo quizás era para él uno más de los cholulos que lo consideran su abuelo y le hacen preguntas estúpidas… ¡Pero a mucha honra! pensé… todos saben cual es el precio que se debe pagar por ser reconocido: responder preguntas superficiales, escuchar halagos de viejas de barrio norte que si no fuera por la edad estarían algo húmedas en la zona genital y bancarse las criticas pseudo intelectuales de un tipo o tipa que se cree tu psicoanalista. ¡Amén a la fama! ¡Ja!
Y los católicos en la plaza protestando por el aborto…


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lunes, diciembre 06, 2010

"Enter the Void" para bajar, calidad bluray y subtitulos en español



Les dejo acá para bajar por descarga directa, a todos los fanáticos del señor Noe, su última película "Enter the void" ripeada de blu-ray y con los subtitulos pasados al español por mí.
No estoy a favor de subir esta película para bajar en internet, debido a que no tiene mucho sentido si no se la ve en el cine. Sin embargo, como se que es mas que probable que la película nunca alcance la pantalla grande masivamente en Argentina, este post es para todos aquellos que no pudieron ir a las dos funciones que se hicieron en el cine Gaumont, en Capital Federal, (sea por cuestión geográfica o de colgadez, no digo plata porque la entrada estaba 8 pesos ) y que por ende se perdieron de esta innovadora película del director de "Irreversible" y "Solo contra todos".

LINK PARA BAJAR LA PELICULA

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sábado, abril 17, 2010

Trailer nuevo de Enter the void...

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viernes, marzo 05, 2010

Estado Alfa - Bohemia

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jueves, febrero 25, 2010

La matemática vagamente aplicada en costumbres diarias (I)

TEOREMA 1 - Factor de Inconvenienciabilidad

Cuando se determina un tiempo X para realizar una tarea doméstica que requiere una espera de Y para estar terminada, donde Y es mayor a X y la perduración del resultado de dicha tarea es Z; deberá contemplarse cada Z para determinar con que intensidad (X int) debe realizarse la actividad durante X para que sea eficiente el retardo Y.

Ejemplo:
- Hay que preparar una cena. Se decide hacer papas a la crema. El tiempo de coccion es media hora. La preparacion en cambio lleva 15 minutos y la intensidad de trabajo es moderada.

X= 15 min

X int = 50 (0- 100)

Y= 30 min

El resultado final, las papas a la crema, son devoradas en un período promedio de 15 a 20 minutos.

Z = 20 min

Por lo tanto:

| Z - X / Y - X int | = Factor de INCONVENIENCIABILIDAD


Fact. de INCONVENIENCIABILIDAD = 0.25

A menor factor de incovenienciabilidad, mas conveniente es realizar dicha tarea.
Hacer papas a la crema, es por lo tanto, bastante conveniente.

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Con este tipo de cálculo y otros poco conocidos, la matemática viene a solucionarnos nuestros problemas cotidianos de una manera muy sensata.

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martes, febrero 23, 2010

Toxi Taxi

Cuando se te falopean-calcinan las neuronas a un punto de inagotable autohumillante ganas de bailar... esto es lo que pasa...

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jueves, febrero 11, 2010

La vida de un Cientifico loco

Un dia, no hace mucho tiempo, decidi estudiar ciencias de la computacion orientada a la robotica. A decir verdad esto empezo hace mucho tiempo cuando soñaba con tener algo que haga todo lo que yo queria hacer pero no me daban ganas de hacerlos. Ese dia diseñe mentalmente un robot al que decidi bautizarlo "T8" en honor al T-800 de Terminator.

Hoy, a los 22 años, me he recibido y he llevado a cabo mi proyecto ya que por suerte tengo las herramientas para hacerlo. Igualmente no lo tengo totalmente terminado, tiene ciertas fallas de software, aunque rezo porque cumpla sus funciones minimas. Al fin y al cabo dudo que me traiga problemas... sin embargo dicen que la ley de morphy, en la cual manifiesta que "si algo debe fallar, fallará", nunca falla. Espero, por mi integridad fisica, que no sea asi.

Tratare, mas adelante de subir videos de mi vida cotidiana con este robot, desde su nacimiento hasta la fecha. Si bien no lo noto con muchas luces que digamos, no tiene nada del otro mundo, aunque a veces me parece tan estupido T8, que tengo ganas de matarlo!, de hecho hace poco recurri a golpearlo de vez en cuando, a ver si aprende.

Me gustaria que opinen sobre este proyecto, que la verdad me volvio muy loco y les explico porque: vengo estudiando intensivamente fisica desde muy chico (tenia 6 años cuando empeze) y realmente casi no dormi desde que comenze a crearlo para que termine siendo un robot infantil e idiota.

Los saluda atentamente, "El cientifico loco"

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viernes, enero 22, 2010

Un poco de amor frances

Uno cuando sale de joda siempre termina queriendose levantar a las mejores minas, pero a veces ocurre que no te levantas ni a la mañana, para eso recurrimos a un poco de amor frances, de eso trata este tema dedicado a todos los retardados mentales, insanos, y putrefactos de la red.

Echo por retardados, para retardados. Mil disculpas al Indio solari.

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lunes, enero 04, 2010