sábado, enero 01, 2011

Enter the Void en el Gaumont - Parte V

Un aborto cinematográfico... un espectador inesperado... y más...


Lo primero que note al ver la pantalla de cine, es que esta tenía abajo una pantalla mas pequeña, rectangular, y muy utilizada últimamente. Es la pantalla donde pasan los subtítulos, más que nada para películas como esta, las cuales no han sido ampliamente difundidas, y por tanto, no tienen muchas copias con subtítulos pegados en diferentes idiomas. Tuve la desgracia encima de que las dos mujeres mas altas del cine se sentaron delante de mí complicándome un poco la cuestión. Eso fue algo bajoneante, aunque por la posición en que estábamos, por el hecho de estar el audio en inglés (el cual entiendo bastante) y por los pocos diálogos que tenía la película en sí… no fue algo que me problematizara demasiado.
De todas formas esto ya no importaba, estábamos bien acomodados y una organizadora del evento había subido al escenario que tiene este cine (Que por su estilo, ahora que pienso, parece en cierta forma un gran teatro). Con un chiste sobre como la película fue recibida con todos los bombos, en relación a la gente que estaba protestando enfrente (un chiste bastante ingenioso por cierto), esta mujer sin mas preámbulos presentó a Thierre Fremaux, el director del Cannes, que era quien había seleccionado las películas. No podría describirlo físicamente por la distancia a la que me encontraba, pero bien puedo decir que su español era bastante menos entendible que el de mi buen amigo efímero.

Thierre explicó el porqué de la selección de Enter the Void empezando con la siguiente premonición:

- Cuando empiece a rodar el film, algo curioso va a pasar en esta sala… Se va a dividir en dos… por un lado van a estar aquellos a los cuales les encante la película… por el otro, aquellos que la aborrezcan -.

Me pregunte en ese momento, ¿De que lado estaría yo? ¿Quiénes serían los malos y quienes los buenos? Pensé que quizás hubiera sido prudente haber llevado un arma, no me gustaría caer abatido en el medio de una batalla campal sin haber disparado un solo tiro. Y luego volví a preguntarme… ¿Que pasaría si la película no me gustaba? Seguramente, buena parte de esta nota me la tendría que meter en el…

Como ya podrán deducir, la película me gusto. No se si puedo decir que es la mejor de Noé, al menos no lo se en cuanto a guión. Pero técnicamente… técnicamente es su obra maestra.

Luego Thierre siguió explicando algunas cosas que sucedieron en la exposición de Irreversible en el Cannes, de como una obra de este tipo es en principio adelantada a su época y por ende rechazada, aunque luego es convertida en obra de culto, etc.… Realmente no se le entendía mucho por su español con acento extraño. Cuando terminó con el espiche saludo de una manera extravagante y cedió el micrófono a Gaspar Noé. Entonces fue cuando entro por el pasillo Pino Solanas, saludando, agitando las manos y siendo presentado por Noé honorablemente. Pino caminó hasta la mitad de la sala y de alguna forma se hizo de un par de lugares en el medio, para él y algunos más que lo acompañaban. Fue una grata sorpresa verlo ahí, aunque dudo mucho que le haya gustado la película… bah, digo, quizás me equivoco.

Una vez ya con Pino sentado, Gaspar explicó brevemente algunas cosas de la película. En primer lugar, aclaró, que la que íbamos a ver era la versión definitiva, ya que hay varias versiones. Esta tenía arreglados algunos asuntos del audio y estaba entera en cuanto a la duración. La versión que se estrenó en noviembre en Estados Unidos por otro lado, era una versión a la cual le habían sacado un reel por temas comerciales, y por tanto era unos 15 minutos mas corta. Tengo que admitir, que lo que mas me llamo la atención fue la forma de hablar de Noé. En primer lugar, su español era excelente para una persona que se radicó en el extranjero desde joven. En segundo lugar, el timbre de su voz no era para nada el que uno podía esperar. Es algo común que uno al conocer personalmente a alguien que no escuchó hablar en su vida, pero que sí conoce de rostro, se sorprenda por su voz… sin embargo en el caso de Noé, la voz no se correspondía para nada… ni con su rostro, ni con sus películas. Sonaba inseguro, casi tartamudeante… hablaba con la boca bastante cerrada y bajito. Todo lo contrario a lo que uno puede llegar a pensar al ver su cara de psicópata y sus películas agresivas. Podría incluso llegar a decir que parece ser un tipo bastante tímido.

Cuando Gaspar termino de hablar mencionó que al final de la película, se le podrían hacer algunas preguntas y dicho esto se bajo del escenario. Sabía que ese momento final iba a ser el momento para llevar a cabo mi otra misión.

Finalmente la sala se oscureció y… ¡BUM! Comenzaron los créditos más elaborados y desquiciantes que se hayan visto en la historia del cine. Yo ya los había visto por Internet anteriormente, quizás mi curiosidad inevitable no fue de lo mejor para hacer mas asombrosa esta experiencia, pero aun así verlos en pantalla grande fue extremadamente distinto.

Fue entonces cuando empezó la terapia de choque… Una buena parte de la gente que estaba en las primeras tres filas empezaron a tener convulsiones por foto-epilepsia, como si les estuvieran dando electroshock… La proyección siguió y algunos tuvieron que abandonar el edificio… Una nena se puso a llorar mientras veía como la mamá se revolcaba en el suelo casi tragándose la lengua… Por suerte el SAME llego a atenderla y no hubo victimas fatales… ¡Y eso que la película ni siquiera había comenzado! Yo ya me estaba lamentando por no haberme fumado un porro antes de entrar a la sala.

Terminan los créditos y los sobrevivientes, ya excitados con el juego previo, queremos más. Entonces se nos comienza a contar la historia de Oscar, un joven americano que vive en Japón y se dedica a vender droga… y cada tanto, por que no, pegarse un buen viaje con DMT, LSD o lo que venga… aunque él se diga a si mismo que no es un drogadicto. Con la plata que gana decide pagarle el viaje a Tokio a su hermana a la cual no ve hace mucho (ya que fueron separados tras la muerte de sus padres). Linda, la hermana, para que él deje de vender droga consigue un trabajo bailando en un bar de strip-tease ponja. Él para que la hermana deje de bailar en bolas sigue vendiendo falopa. Pero hasta acá, no estamos ni en el primer punto de giro de este melodrama, que es cuando Oscar recibe un balazo en el pecho tras una emboscada y muere en un baño mugroso… ¡Y esto pasa a los quince minutos de película como mucho!

Quizás no entiendan como es que Enter the Void puede durar tanto… pero bueno… la cuestión está en que durante toda su extensión… nosotros somos Oscar, vemos lo que él ve… en primera o tercera persona, como si se tratara de un videojuego. Nos metemos literalmente en la vida de Oscar… y vemos incluso lo que él ve después de la vida… es decir… vemos la experiencia de la muerte misma, en versión Gaspar Noé - Lo que significa: mucha gente en pelotas, abortos deliberados o por la fuerza, luces estroboscópicas por doquier, violencia cruda y verosímil, un poquito de incesto, cámaras que vuelan y llegan hasta los lugares mas insólitos (y muy insólitos créame), todo esto adornado por una fotografía excelente, con colores psicodélicos, chillones y contrastantes, dignos de una pintura de su padre.

Entonces esas dos horas cincuenta se sienten como una vida, porque literalmente son una vida, y sin embargo cuando todo termina uno se pregunta… ¿No fueron solo 6 minutos? ¿O acaso es que estuve drogado todo este tiempo?

Solo una cosa puedo decir al respecto con seguridad:

La premonición de Thierre Fremaux no se cumplió, porque cuando esta experiencia había terminado de enserio, toda la sala reencarno en un gran aplauso.


No hay comentarios.: